Ranahit
Guha nació en 1922 en un poblado de Bengala occidental, en una familia de
propietarios medios. Su abuelo le enseñó bengalí, sánscrito e inglés, y su
familia le envió a estudiar a Calcuta. Durante estos años se hizo marxista.
En
el primer capítulo el autor comienza cuestionándose, quién decide por qué un
acontecimiento debe considerarse histórico y bajo qué criterios lo hace; pues
señala que existe una discriminación por parte de la autoridad cuya ideología
centra en la historia la vida del estado, esa ideología es llamada estatismo.
“Aceptar
esta elección que otros hacen por nosotros implica quedarnos sin opción de
establecer nuestra propia relación con el pasado. La voz dominante del
estatismo ahoga el sonido de una miríada de protagonistas que hablan en voz
baja y nos incapacita para escuchar estas voces que tienen otras historias que
explicarnos, que por su complejidad resultan incompatibles con los modos simplificadores
del discurso estatista”.1
Éste
problema sólo podrá remediarse cuando construyamos una nueva historia, que
rompa con el relato estatista y lineal que es el que dicta lo que ha de
incluirse en la historia y lo que hay que dejar fuera de ella. De esta manera
podrán ser escuchadas las voces bajas que han quedado sumergidas por esos
mandatos estatistas. También, hay que cultivar disposición a oír aquellas voces,
las cuales tienen muchas historias que contar que desconocemos porque han sido
marginadas.
GUHA, Ranahit. Las voces de la historia y otros
estudios subalternos, PP 1-31
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